martes, 29 de septiembre de 2009

Products and Packaging Contribute 44 Percent of US Greenhouse Gas Emissions


The garbage filling the trashcans is also changing our global climate, according to complimentary reports released by the U.S. Environmental Protection Agency (EPA) and the Product Policy Institute (PPI).

The EPA Report reveals that 37 percent of United States total greenhouse gas emissions result from the provision and use of goods produced within the U.S. "Goods" includes all consumer products and packaging, including building components and passenger vehicles.

"Climate action has largely focused on transportation, heating and cooling, and food.

Now we know that reducing waste offers the largest opportunity to combat global warming," said Bill Sheehan, PPI executive director.

Joshuah Stolaroff, author of the white paper and technical lead on the EPA report, emphasized the importance of improving product design to address climate change.

"Because product design influences all stages of the product life cycle, improving product design has the most potential to reduce greenhouse gas emissions associated with products," said Stolaroff in the PPI report.

Fuente: http://www.dexigner.com/product/news-g18803.html

jueves, 17 de septiembre de 2009

El branding en tiempos de cólera

Son tiempos de incertidumbre, en los que muchas empresas optan por soluciones de corte táctico orientadas a capear el temporal y aguantar el chaparrón en espera de que amaine. Pero limitarnos a este tipo de decisiones puede desvirtuar el propio producto o servicio, y las consecuencias que puedan tener a largo plazo sobre la marca. Frente al nuevo consumidor, más informado y más exigente, nunca había tenido tanto sentido apostar por la creación de valor añadido y la innovación de las marcas.

http://www.commo-consulting.com/data/pdfcastellano/1381d5_Commonsense-N6-branding.pdf

domingo, 6 de septiembre de 2009

Las dos caras del envase

http://publicidadypropaganda2008.blogspot.com/2009/09/argentina-el-espacio-de-alberto-borrini.html

En esta columna, el autor subraya la importancia que actualmente ha adquirido el diseño y las características de los envases, pero señala casos en los que su manejo es, cuanto menos, engorroso para los usuarios del producto. La necesidad de balancear seguridad con practicidad.

Al hablar de los envases, el autor afirma que “la seguridad es una prioridad, pero hay otra muy importante: la practicidad”.
Los envases han cobrado una dimensión estratégica con el auge del autoservicio y la publicidad en punto de venta, lo que ha llevado a productores, diseñadores y publicitarios a extremar sus atractivos estéticos y tecnológicos. Diseños seductores exaltados por el uso del color, y por los últimos adelantos técnicos en el área de los materiales y la producción, convirtieron al envase en un protagonista de los mercados, sobre todo de los productos masivos y cotidianos.
Hoy el envase no decide solamente la comunicación, sino también, en algunos casos, la naturaleza del contenido. El ejemplo de Axe es demostrativo: las formas y colores del continente sirven para bautizar el contenido. Confieso de entrada que soy un enamorado de los envases, y que algunos de ellos me parecen más atractivos que su exaltación artística en los cuadros de Andy Warhol.
Pero este triunfo tiene dos caras. La menos visible son los riesgos que comienza a enfrentar el envase en un aspecto tan sensible como el cuidado del medio ambiente, siempre latentes en el caso de los aerosoles, o con los efectos colaterales que presentan nuevos materiales cuyo tiempo de ensayo, por las inevitables presiones de la competencia, no son siempre los que demanda su presentación. El último ejemplo en este aspecto acaba de recogerlo AdAge, en un artículo traducido y brindado a sus lectores por Adlatina hace unos días. La empresa Sigg, fabricante de botellas reusables que alcanzaron gran éxito entre las consumidoras norteamericanas más ahorrativas, vieron cómo se derrumbaban sus ventas y su reputación al comprobarse que contenían vestigios tóxicos dañinos para la salud. Pero quiero referirme aquí a otro talón de Aquiles del envase moderno que hasta ahora no ha merecido, creo, la atención que debe tener. Se trata de un aspecto práctico, derivado del imperativo estético y, más de fondo, de compromisos con la inviolabilidad y protección del contenido que, presumo, desvelan tanto a los fabricantes de envases como a las marcas que los utilizan.
La protección del contenido es, lo sé, uno de los imperativos categóricos del envase desde el principio mismo de su existencia profesional. Pero pregunto: ¿es que la tecnología no se ha desarrollado aún lo suficiente para poder quitar el envoltorio plástico de un CD, un DVD o un simple paquete de galletitas sin la ayuda de unas tijeras u otro objeto filoso? No todos somos peluqueros o modistos que tienen siempre a mano ese utensilio. Sí, ya sé que hay una manera más fácil de hacerlo mediante esas tirillas, pero no la tienen todos los productos. Además, ¿no hay otra forma de abrir los complejos cierres de algunos detergentes sin tener que hacer un curso acelerado de violación de cajas fuertes? Presionar, girar a la izquierda, a la derecha, empujar.
¿Qué hay que hacer para sacar de sus envases moldeados en plástico duro a algunos juguetes y elementos electrónicos pequeños, como un mouse, por ejemplo? Ni con tijeras. Sin un hacha es difícil.
Días pasados, mi señora compró un lápiz de labios; tenía algo así como un stent de plástico duro que, como estábamos en una confitería, sólo pudimos quitar con la ayuda del único objeto más contundente que teníamos a mano: un llavero.
En productos que pueden comprarse en potes, personalmente trato de evitar las versiones que vienen en envases más complicados, aunque aparentemente más elegantes o más sencillos. Esos picos extensibles no siempre funcionan.
El problema no es fácil de resolver porque, lo admito, la lucha contra los merodeadores de supermercados, hambrientos o perversos, es cosa de todos los días. Los envases de algunos productos, como las papas fritas envasadas, hay que sopesarlos o agitarlos para no pagar por llenos los que están vacíos.
Si los envases tienen dos caras, el delito tiene decenas, centerares quizá. ¿Recuerdan la crisis de las jeringas de Pepsi en Estados Unidos? Sucedió dos décadas atrás, a raíz de la violación del contenido de varias botellas encontradas en un supermercado. La autora, descubierta y procesada, había utilizado una jeringa para contaminar la bebida con propósitos extorsivos.
No fue el único ni el último caso. En 1982 se produjo un caso antológico por su gravedad y por la forma de encarar la solución por parte de la empresa. Ocho personas murieron en Estados Unidos después de haber ingerido cápsulas envenenadas e introducidas en un envase del popular analgésico Tylenol. Los reflejos del laboratorio fueron instantáneos, pero tuvo que invertir tiempo y dinero para demostrar su inocencia y evitar un fuerte daño a su imagen.
La seguridad, pues, es una prioridad de los envases. Pero hay otra muy importante: la practicidad. Cualquiera sea su forma y color, tiene que facilitar el acceso al contenido en vez de hacerlo más difícil. Parece que en este aspecto tiene mucho camino por recorrer; en el trayecto, sería bueno apelar al sentido común, además de la creatividad y la tecnología.

viernes, 4 de septiembre de 2009

EN ENVASE y MEDIO AMBIENTE, … la tendencia es la economía de ciclo cerrado.

http://www.envapack.com/envase-y-medio-ambiente/&urlhash=IRCV&trk=news_discuss

Hoy, la responsabilidad de los diferentes países es cada vez mayor alrededor de la gestión de los residuos de envase y embalaje…



Y sobre esta materia ha sido muy importante y exitoso el trabajo desarrollado en Alemania por el sistema Dual System Deutchtland activador, administrador y propietario de la marca Green Dot.

El Green Dot o Punto Verde a inicios del presente siglo, es algo indispensable para la financiación de las tareas de reciclaje de los envases y embalajes.

La recesión mundial, y la cada vez mayor escasez de recursos ha hecho que los países se den cuenta que no hay alternativa a la gerencia sostenible, por lo que el desarrollo acertado de los programas de reciclaje de envases y embalajes alrededor del mundo son un indicador de la buena voluntad de la Industria, los Gobiernos y los Consumidores y las ventajas de proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.

La economía de ciclo cerrado ha cobrado mas forma por las anteriores razones, no solo en Europa, sino en Canadá y Japón.

Hoy el reciclaje ha pasado de ser una moda, a una preocupación y necesidad genuina porque los consumidores ya entienden y valoran las ventajas de un medio ambiente sano para sus hogares y negocios.

En Europa, todos los países miembros de la Comunidad Europea, se encuentran obligados a Reciclar de acuerdo a unas metas propuestas, que en algunos casos han sido superadas, y en otros aún no, pero que se nota ya el impacto, se nota.

Desde 1991 el DSD ha venido trabajando en la implantación del Punto Verde, y en la aplicación de metas, lo que ha hecho de Alemania un país líder en Reciclaje, y por esta razón pronto fue imitado por ARA en Austria, EcoEmbes en España, Eco-Emballages en Francia, Fost en Bélgica, Repak en Irlanda, Socieda de Ponto Verde en Portugal y Valorlux en Luxemburgo. En América el eco-etiquetado aún no se utiliza, apenas se trabaja en identificación de plásticos por código, para reciclar, por iniciativa de la industria, pero nada comparable al Punto Verde.

La Comunidad Europea ha puesto en práctica una política que ya lleva mas de 20 años en ejecución para el reciclaje de manera concertada, estructurada y rentable que se adapta a la Norma Europea sobre Disminución de envases y desechos de empaquetado de acuerdo a los principios del desarrollo sostenible. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pone la responsabilidad en manos de la industria; y recomienda que los Estados miembros deben extender esta responsabilidad para obligar a la industria a instalar y financiar los sistemas de recolección y de recuperación de los bienes de consumo usados. El Punto Verde es el jugador dominante en la Europa de hoy; y es probablemente la marca registrada más extensamente usada en el mundo, ya que se ha impreso en más de 500 mil millones de empaques, envases, y embalajes; por lo que más de 250 millones de consumidores en Europa y fuera de ella ven esta marca cada día.

Aunque algunos países tienen su marca equivalente de Punto Verde, otros han implantado similar filosofía en sus eco-etiquetas como Materialretur en Noruega, Latvijas Zalais Punkts en Latvia; Ekokom en la República Checa; Ökopannon en Hungría, Repa en Suecia y Rekopol en Polonia.

Hay que destacar que en Europa los sistemas nacionales de recogida y reciclaje funcionan independientemente, de acuerdo a una recuperación cuidadosamente planeada y desarrollada para una economía de libre empresa, en la cual la eco-etiqueta significa una fuente de financiación para sus sistemas de reciclaje.

Pero es el eco-etiquetado una opción de financiación? La realidad ha mostrado, que se necesita una excelente administración y un trabajo en conjunto para la investigación y nuevos desarrollos de materiales y equipos que faciliten la clasificación o el reciclaje, y logren un sistema económico de gestión de desechos autosostenible.

Desde 1998 los ingresos por concepto de etiquetado bajaron dramáticamente por el solo hecho de la disminución real de los materiales a recuperar, por lo que para el medio ambiente si está funcionando esta política. Afortunadamente se espera que en total los ingresos se mantengan estables, gracias a las nuevas afiliaciones, y se espera que del 100% de nuevos afiliados un 35% sean extranjeros.

Para responder a los avances del mercado, La DSD y la Deutsche Gesellschaft für Kunststoffrecycling mbH (DKR), está trabajando en tecnologías modernas como la espectroscopia infrarroja (NIR) para identificar y clasificar cinco tipos de materiales de envase plásticos, entre los que destacan PET Transparente y coloreado, Polietileno, Polipropileno logrando una pureza del 95%.

La realidad es que la economía y el medio ambiente en los países Europeos, se han visto beneficiados por el eco-etiquetado, en un sistema de ciclo cerrado. Un ejemplo para imitar en los demás países alrededor del mundo.